Desde Rotterdam - No. 2



Uno de los elementos más emblemáticos de la celebración del xantolo en el municipio de Tantoyuca, en la huasteca veracruzana, es la danza de los viejo. Los viejo, también referidos en ocasiones como negros o cuanegros, son los personajes que conforman las cuadrillas que ejecutan este baile, y son célebres sobre todo por las máscaras de madera que complementan sus extravagantes indumentarias, a menudo talladas y pintadas por los mismos danzantes. Por tradición, cada cuadrilla está conformada por tres personas que lo mismo pueden representar el maíz, el frijol y la tierra que a un español, un mestizo y una mujer, si bien hoy día la cantidad y la elección de los personajes suele ir en función de los gustos de los participantes, por lo cual no es raro encontrar cuadrillas muy numerosas, con caracterizaciones inspiradas en los grabados de Posada, en celebridades, en personajes de ficción e incluso en figuras políticas. Tal es la popularidad de la danza de los viejo en la región que el 31 de octubre de cada año, Tantoyuca recibe a cientos de personas que desean presenciar los bailes con que alegran las calles durante los tres días de fiesta, los cuales culminan el 2 de noviembre con “la noche del destape”, que no es sino una ceremonia en la que el público premia con su aplauso, al ritmo de sones y huapangos, a las mejores cuadrillas de cada edición.
            Es muy importante no confundir la danza de los viejo con la más popular danza de los viejitos, originaria de Michoacán y de naturaleza muy distinta.
            El xantolo, en todas sus manifestaciones, es una tradición que reafirma la vitalidad y la alegría del mexicano incluso de cara a la muerte.



[1] Transcripción de la cápsula “Desde Rotterdam”, de Erasmo W. Neumann, para el programa Relatos de lo paranormal. Noviembre de 2019.

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