Una de
las criaturas más populares del folclor
japonés es el kappa, o niño del río. Se lo describe por lo regular como un
humanoide de estatura baja con rasgos físicos más propios de los reptiles y anfibios,
como caparazón, dedos de membrana y rostro de batracio. Además de la piel verde
y escamosa, su principal trato es un cuenco lleno de agua en el centro de la
cabeza, enmarcado por una alborotada cabellera negra. Estas criaturas habitan
en ríos y lagos, y mientras que algunas tradiciones los refieren como seres
benévolos que advierten a los niños de los peligros de jugar en las
inmediaciones del agua, o bien, que auxilian a la gente a cambio de pepinos,
son más difundidas las historias en las que atraen humanos o animales a los
lugares que habitan sin otra intención que ahogarlos y devorarlos.
Persisten en la memoria japonesa cuantiosos
métodos para enfrentar al kappa. Una de ellas consiste en arrojar pepinos a los
ríos para que la corriente los lleve hasta el escondite de las criaturas y así
evitar que éstas se acerquen a los pueblos. Otra manera de prevenir el ataque
del kappa es comer pepinos antes de nadar, tirarle una flatulencia cuando asome
del agua, o bien, recibirlo con una reverencia para que, al devolver el gesto,
derrame el líquido de su cabeza y se debilite o vuelva sumiso. El kappa también
es aficionado al sumo, y servirá a quien lo derrote en un combate o en cualquier
otra competencia. Asimismo, se dice que es vulnerable al ajonjolí, el jengibre
y el hierro. Este último trato, curiosamente, lo comparte con el changeling
europeo.
Aunque actualmente son raros los
avistamientos de kappa, es posible encontrar en YouTube un video que afirma mostrar
a un kappa durante un tsunami ocurrido en Japón. El usuario no comparte fecha o
ubicación, pero en una toma del vecindario anegado es visible algo que emerge
del agua y comienza a trepar por las construcciones. El color blanco y la
apariencia general, sin embargo, distan mucho de la descripción tradicional del
kappa, y son más reminiscentes de otro espectro japonés llamado ittan-momen,
que no es sino la versión japonesa de los fantasmas de sábana. Este curioso y
agresivo yokai es un pedazo de tela viviente que vuela por los pueblos y se
enreda en el cuello o la cabeza de sus víctimas para estrangularlas.
El kappa y el ittan-momen son
solamente dos de una amplia variedad de demonios, espíritus y criaturas que
perduran en el folclor japonés, sobre las cuales se puede leer más en fuentes
antiguas como el Kojiki, el Nihon Shoki y el Konjaku Monogatarishu.
[1] Transcripción de la cápsula “Desde Rotterdam”, de Erasmo W.
Neumann, para el programa Relatos de lo
paranormal. Octubre de 2019.
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