Tila
Esta es Tila, me dijo mi amigo. ¿Y quién es Tila aparte de ésta? Pregunté y me miró con hastío: Hija de Doñapedrita, herbolaria de nacimiento.
Vinimos a buscar lo que dejamos tiempo ha. La muchacha, nerviosa con mis ojos, dijo que adelante, que, en su casa, tal vez, estaba eso que mi amigo, dispuesto a partir, andaba buscando.
Y yo que digo “¡basta, no!, está más hacía el monte la casa de Áureo”.
- ¡Vayan pues, con Dios, por la vereda! Es nueva Áureo, esta vereda, la otra fue sembrada hace años, bajen con cuidado, sin pisar las azaleas de mi abuela, dijo Tila.
De tierra era el camino que pisamos y la hierba recordome cuando yo era niño: Otro pueblo, otros caminos, otras carreteras (que cruzamos con la vereda), tierra hermana de Áureo, mas no de vida, su compañera. Otros muros y el olor a yegua, la misma gente caminando.
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