Pocos productos japoneses gozan de mayor aceptación entre los hispanoparlantes que el anime. El de América Latina
es uno de los principales mercados para las series animadas de dicho país,
tanto así que títulos como Los caballeros
del zodiaco (Saint Seiya) y Las aventuras de Fly (Dai no Daibouken) son más populares en
este lado del mundo que en aquél. No obstante, algunas televisoras han
considerado prudente ajustar ciertas obras al gusto y entendimiento del público
local. Ejemplo famoso son Los súper
campeones (Captain Tsubasa),
cuyos personajes recibieron nombres por los que aún son recordados: en México identificaremos
de inmediato a Oliver Atom, capitán del Newpi, y no a Tsubasa Ozora, goleador
del equipo Nankatsu, y seguro que aún tenemos presentes a sus rivales Benji
Price, Steve Hyuga y Richard Tex Tex, bautizados por su creador como Genzo
Wakabayashi, Kojiro Hyuga y Ken Wakashimazu respectivamente. En aras de que la
infancia de este continente los acogiera mejor, fueron “americanizados”. Pero a
motivos muy distintos obedeció el cambio de apelativo que sufrieron las chicas
que dan título al presente.
En 1986, Akira Toriyama saltó al estrellato gracias al éxito de Dragon Ball, la animación basada en el
manga que comenzó a publicar dos años antes. Quizá sea el anime más famoso del
mundo hispano. Goku aún no aprendía a ejecutar el Kamehameha cuando conoció a
Chichi, la hija del rey de la Montaña de Fuego, quien años más tarde se
convertiría en su esposa. Al llegar la caricatura a México, los encargados de
traducirla al castellano decidieron que el público no reaccionaría con madurez
a un personaje que evocaba un eufemismo utilizado para referir a las mamas.
Optaron por nombrarla Milk, como se la conoce hasta hoy en el doblaje
latinoamericano. Resulta curioso que las palabras milk y chichi, esta del japonés y aquella del
inglés, se traducen a la lengua de Cervantes como leche, si bien la segunda por igual puede
significar ubre.
Un
caso idéntico encontramos en el anime InuYasha,
basado en el manga homónimo de Rumiko Takahashi, autora también del polémico Ranma 1/2. La heroína de esta serie, transmitida
en Asia entre 2000 y 2004, es Kagome Higurashi, una adolescente que viaja del
mundo contemporáneo al Japón mitológico y acompaña al titular Inuyasha en busca
de la perla de Shikon. Puesto que su primer nombre podía tomarse por una
retorcida conjugación del verbo cagar,
en el doblaje para América Latina se la re bautizó como Ahome.
Cabe
subrayar que estos cambios solamente los encontraremos en las adaptaciones para
México y sus vecinos del sur, pues en España dejaron a Chichi y Kagome sus
nombres originales. Irónico que pasaran por alto los potenciales dobles
sentidos quienes prefirieron llamar Onda Vital al Kamehameha…
NOTA DEL EDITOR.-Ignoramos si fue la intención de los encargados del doblaje mexicano realizar alguna especie de homenaje oculto al lugar de procedencia de alguno de ellos, pero parece prudente apuntar que el nombre Ahome pertenece originalmente a uno de los 18 municipios del estado de Sinaloa.
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