las ansias en el aire
descubren bajo el rayo lisonjero
los votos con donaire
que el vulgo en ejercicio
practica del derecho denodado
y el mundo, no por vicio,
suspenso, contenido y excitado
espera la contienda se resuelva
y la paz, por fin, vuelva
al suelo mexicano ensangrentado.
Ya el conteo comienza;
los chairos gritan vivas al tarado
de López Obrador, que ya se piensa
amo de la nación,
mas los números crecen
y en cosa de segundos la razón
le quitan y aparecen
las cifras favorables para el PAN;
celebran los votantes que, prudentes,
en un sabio ademán
quisieron las propuestas contundentes
antes que a la lisonja populista,
mintrosa y comunista.
Vence Anaya glorioso
y al lacerado México sufriente
da el pecho generoso
destino felicísimo y luciente.
El populismo, derrotado, huye
y de Anaya la mano
el bienestar precioso restituye
al pueblo mexicano.
¡Muera el gobierno malo!
¡Muera su macuspano! Y el regalo
de una nación estable
llegue al prudente, honrado y responsable.
¡Celebra, patrio corazón ferviente,
a Anaya presidente!
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