Reseña
aparecida por primera vez en el periódico El día a día el 6 de julio del 2016
Cuando Ennis Henderson (Hitler Goats, The Oblivious Harrisons, The
Aftermath) terminó de filmar su última película, Time From Within Us (El tiempo desde nosotros, 2015) quizá lo
último que se hubiese imaginado fuese la recepción que esta tendría en el Festival Internacional de la Crítica de
Guaymas. Dicho festival tiene la particularidad de solo premiar a filmes
que aborden una temática físico-matemática, elementos que, si bien aparecen en el Tiempo, cuando los personajes hacen
uso de ciertos números, no son órganos rectores a lo largo de la película.
¿Pero quién es el culpable entonces de dicho galardón? Ennis Henderson, que
quizá vaya un paso más delante de sí mismo e hizo un film que se escapó de sus
manos y tomó vida propia mientras se filmaba, escondiendo sus verdaderas
intenciones. Quizá mucho o poco tiene que ver su amistad con Terry Gilliam (12 Monkeys)
que se haya palpado de estas prácticas; dicha amistad es la que a fin de
cuentas le valió la nominación en dicho festival.
El Tiempo es realmente una obra que poco se
atreve en un aspecto formal pero que mucho tiene que decir sobre la vida de las
personas desde una analogía con los relojes suizos: al parecer el mayor engranaje es el corazón,
premisa algo gastada que lejos de mostrarnos la parte brillante de las
matemáticas nos propone líneas como ‘’en tus ojos veo el mundo completo, cuando
el tiempo es nuestro’’. Y bueno, eso lo dijo alguna vez mi abuela.
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