Otro mensaje

No es, como publicitan con tanto ahínco los memes, que me haga el fuerte y que muestre una sonrisa mientras secretamente derramo lágrimas de inconmensurable sufrimiento. Tampoco es que no importe y que, a fuerza de tantas y tantas desilusiones, haya desarrollado inmunidad a los sentimientos. Es que por lo general estoy en otra cosa, disfrutando una buena comida, una charla amena, una película o un libro; ocupándome de asuntos relevantes para mi carrera y profesión, o sencillamente no me encuentro pensando en eso. Pero me lastima y a ratos me afecta. Hoy, por ejemplo, amaneció y sentí el sobrecogimiento de sus maltratos, de sus mentiras, de sus desaires, y aunque el grueso de mis días no se empaña por ello, hoy no siento deseos de sonreír mucho ni de cantar mucho. El sufrimiento perpetuo es para quienes no buscan salir de sus propias miserias, así como la felicidad perpetua es para los que no pueden ver más allá de sus narices. Si me siento mal ahora, no tengo por qué fingir que nada pasa, cuando estoy tranquilo no me invento dramas. Más tarde estaré mejor, de momento me conviene derramar algunas lágrimas, que eso también hace falta y hace bien.