El otro día andaba buscando trabajito de perro
guardián en una prestigiosa escuela del país. Como estoy bien chiquito
todos me hacían menos "sáquese por ahí, perrillo", " a ver apestoso, si
quiera báñate para pedir trabajo (en mi defensa, el gato me dio un baño
de lengua)", "a ver perrito, toma una galleta". Me entristecí mucho,
caminé por ahí para lamerme la colita y en eso llegó un mocito.
-Qué onda Yeyito, te reconocí luego luego, yo sigo tus entradas en el blog.
-Órale qué bien, ¿y tú, apestas o no?
-Jejeje, vente te voy a dar un taco, venta acá a lo oscutiro.
Pues ya lo seguí, quería una coca y me dijo el mocito:
-
Nembe, aquí adentro de la escuela está todo bien caro, hay que salir a
donde está la caseta de hasta allá, esa que tienes que bajar 8 pisos y
caminar durante 20 minutos, ahí enfrente hay una tiendita bien bara.
Nosotros que trabajamos aquí no podemos comprar dentro, está caro, no
nos alcanza.
Nembe apestositos, me dio cosita, yo sí traía
un dinero ahí guardado, pero el mocito me enterneció, trabaja y trabaja
y si quiere comprar algo tiene todavía que desplazarse aún más para
poder alimentarse. O ni eso, yo de perdida tengo mis croquetas
vitaminadas y mineralizadas, pero el mocito solo trae para un refresco y
unos tacos de a peso. ¿Qué alimentación es esa? ¿por qué los que menos
tienen que desplazarse tanto para conseguir lo que necesitan? o al
revés, si te quedas tienes que pagar caro aunque sea tu lugar de trabajo, ¿pa qué trabajan?
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada
(
Atom
)
Publicar un comentario