
Les comparto una parte de mis lecturas favoritas. Pueden encontrar la narración entera en "Me llamo Rojo" de Orhan Pamuk. Los perritos siempre estamos presentes en las mejores narraciones. Este perrillo está igual de loquillo que yo. Espero dejarlos picados y que terminen de leer el libro, les llevará innumerables noches y ladridos, pero vale la pena. Si lo pude leer yo, que soy un perro, ustedes también humanitos. Tal vez si me pusiera a escribir en lugar de olerme la colita, también me ganaría el Nobel.
"Como podéis ver, mis colmillos son tan puntiagudos y largos que a duras penas me caben en la boca. Sé que me dan un aspecto terrible, pero me gusta. En cierta ocasión, un carnicero dijo observando su tamaño:
—Caramba, esto no es un perro, es un jabalí.
Le mordí de tal manera en la pierna que sentí en la punta de los colmillos la dureza del fémur allá donde terminaba su grasienta carne. Nada resulta tan placentero para un perro como hundir los dientes en la carne de un repugnante enemigo con una furia y una pasión que te vienen de dentro. Cuando se me aparece una oportunidad así, cuando una víctima digna de ser mordida pasa estúpidamente ante mí, la mirada se me oscurece de puro placer, siento un doloroso rechinar de dientes y, sin darme cuenta, de mi garganta comienzan a surgir esos gruñidos que tanto miedo os dan.
Soy un perro y vosotros, que no sois criaturas tan racionales como yo, os estáis diciendo que los perros no hablan. Pero, por otro lado, dais la impresión de creer en cuentos donde los muertos hablan y los héroes usan palabras que jamás sabrían. Los perros hablan, pero sólo para el que sabe escucharlos."

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