Fuego bajo tierra

Astorian Stigmata fue una banda de rock estadounidense que entre 2007 y 2016 cultivó uno de los sonidos más originales del ciberespacio. Si bien ellos afirman que su música está influenciada por Modest Mouse y The Cure, lo cierto es que su estilo no se parece al de nadie más allá afuera y, de hecho, es un tanto difícil de catalogar; yo lo equipararía al gótico caricaturesco de Tim Burton. En agosto del año pasado la agrupación liderada por Dennis Condusta estrenó su última producción discográfica: Pennsylvania. Este lanzamiento, limitado a cien copias físicas (de las cuales tengo el agrado de poseer una) más allá del ciberespacio, está conformado por nueve canciones y entre ellas hubo una que me llamó la atención incluso antes de desempacar el disco: “Mine Fire (Plains)”. Ni siquiera tuve que escucharla para deducir que estaba inspirada en Centralia, uno de los pueblos fantasma más célebres del continente americano.


Centralia es una pequeña población situada en Columbia County, Pennsylvania, cuyos ricos yacimientos de carbón dieron origen a una pequeña pero constante actividad minera a mediados del siglo XIX. Ése fue el principal motor de la economía local los siguientes cien años, y quizá aún lo sería de no ser porque en 1962 se desató un incendio en las minas que aún consume el carbón y, se estima, lo hará durante otros doscientos cincuenta años. Por supuesto que esto dio un tremendo giro a la historia del pueblo, mucho más lento de lo que se podría imaginar: pasaría más de una década para que las autoridades y el grueso de la población se percataran de lo peligroso que era vivir encima de hectáreas de combustible encendido y comenzara el éxodo hacia otros puntos del estado. De las poco más de mil personas que vivían en Centralia hacia 1980, sólo diez se rehusaron a perder sus casas y permanecían allí cuando se llevó a cabo el censo de 2010. Casi todas ellas son adultos mayores. Salvo por ese puñado de propiedades, el pueblo entero fue reclamado por el estado y demolido casi en su totalidad, de modo que hoy día se le puede apreciar como una red de deterioradas calles dispersas entre una vasta franja de bosque y algunos cementerios. Si bien los escasos habitantes aún cuentan con agua potable y electricidad, no hay policía, bomberos, comercios ni servicios médicos locales. El incendio ha ocasionado que en algunos puntos del municipio el suelo presente altas temperaturas y también ha dado pie a derrumbes y la apertura de numerosas grietas, por las cuales escapan fumarolas de monóxido de carbono y otros gases tóxicos. Justo por ello las autoridades bloquearon el tramo de la Ruta 61 que lo atraviesa (ahora llamado graffiti highway) y desalientan todo intento de visitarlo. Por supuesto que ello es en vano y cada año cientos de curiosos llegan para ver lo que queda de Centralia, y es que seamos francos: ¿quién no querría echar un ojo a un lugar que se escucha como el Chernobyl de los Estados Unidos?

Centralia en 1915. Crédito: offroaders.com

Centralia. Crédito: theharlemline.com

Fumarola en la Ruta 61. Crédito: "kaanah".

Centralia. Crédito: "rocbolt".

Vivienda en Centralia. Crédito: "jessiehart".

Basura y escombro en la Ruta 61. Crédito: "erin_m".

Graffiti Highway. Crédito: @andcitylights

Graffiti Highway. Crédito: @wow247

Centralia ha servido de inspiración para un buen número de trabajos de ficción, entre ellos la versión de Silent Hill que apareció en las adaptaciones cinematográficas de 2006 y 2012.

Los invito a conocer la música de Astorian Stigmata en Facebook y YouTube.



(Parte de la información de este artículo se obtuvo de www.centraliapa.org y las fotografías fueron tomadas de Flickr, Twitter e Instagram)

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