Tal parece que la Warner Bros. está
dispuesta a exprimirle todo el jugo posible a Batman en el terreno de los
videojuegos, pues no sólo lanzó The
Telltale Series a menos de un año del estupendo Arkham Knight, sino que en eventos de difusión pasados como el E3 y
la Comic-Con de San Diego presentó Batman:
Arkham VR, la última entrega de la serie Arkham desarrollada por Rocksteady
y la primera incursión del hombre murciélago a la tecnología PSVR (PlayStation
Virtual Reality) de Sony. El juego apenas llegó al mercado hace unos días y, luego de
conocerlo, quiero comentar un poco al respecto.
En
primer lugar, este asunto de la realidad virtual en los videojuegos no es algo
nuevo: Nintendo ya había intentado llevar al mercado en esa dirección en 1995
con el Virtual Boy, pero ni la tecnología ni los consumidores estaban
preparados para ello o, cuando menos, en aquel entonces fue una buena idea muy
mal ejecutada (tanto que ningún desarrollador de peso se atrevió a incursionar
en el terreno en dos décadas). Pero con el lanzamiento del PSVR, un complemento
al PS4, tal parece que el estigma de la realidad virtual ha sanado y por fin
los videojuegos podrían dar el esperado salto… Aunque con ciertas limitaciones,
como lo deja claro Arkham VR, y es que, a fin de cuentas, éste y los otros
títulos que acompañan el lanzamiento del producto son apenas los primeros
balbuceos de esta tecnología. La transición también será lenta, pues el PSVR tiene un precio de introducción de cuatrocientos dólares, es decir, vale lo mismo que la consola (en México, Amazon lo ofrece en diez mil pesos).
La
acción de Arkham VR ocurre entre los
eventos de Arkham City y los de Arkham Knight y comienza cuando Alfred
informa a Bruce Wayne que tanto Robin como Nightwing están desaparecidos, de
modo que Batman ha de ir en su busca, lo cual lo lleva a encarar un terrible
misterio y la incluso más terrible realidad detrás del mismo.
Antes
que otra cosa debo señalar que éste no es un título de acción, sino de
investigación en escenarios bastante reducidos, como si el juego entero fuera
una serie mapas en modo detective, así que si esperaban golpear malosos como en
las entregas anteriores ya pueden olvidarse de ello. De hecho, la primera
cuarta parte de la experiencia se nos va en recorrer la baticueva, ponernos el
traje, probar algunos artilugios y escuchar y leer los archivos recabados tras
la clausura de Arkham City. Gracias al PSVR nos sumergimos en un mundo de la
misma calidad gráfica que Arkham Knight
pero en el que, por desgracia, no podemos hacer gran cosa: el visor nos permite
una visión de 360º y con el mando podemos manipular algunos objetos
perfectamente señalados, acción que recuerda más los inicios del Wii que la
computadora de Tony Stark, y es que las actividades que el juego nos asigna son
de lo más sencillas. En la primera habitación, por ejemplo, podemos resolver un
acertijo —¡spoiler!— que a muchos les recordará aquel juguete infantil en donde
teníamos que hacer coincidir algunas figuras geométricas de colores con las
casillas en un tablero. La investigación de las escenas del crimen que nos
presentan tampoco es muy llamativa que digamos, pues lo único que se debe hacer
es voltear en la dirección correcta y dirigir el mando o presionar un botón
para que Batman haga deducciones un tanto inverosímiles y la trama continúe. La
dificultad es nula, la historia es por completo lineal y, como era de esperarse
en un juego de primera generación, es bastante breve; toma alrededor de una
hora completarlo si nos tomamos el tiempo de leer y escuchar todo el contenido.
El factor de rejugabilidad es bajo: a casi nadie nos gustaba buscar los trofeos
del Riddler en los juegos anteriores, y supongo que en éste no será distinto.
Con
todo esto no quiero decir que el juego o la experiencia sean malos, es sólo
que, comparado con los títulos principales de la serie, éste se siente un
tanto… inferior. Pero, vamos, hay que
tener en consideración que Arkham VR
es en realidad un pretexto para demostrar lo que el PSVR puede hacer. También
hay cosas buenas: Kevin Conroy y Mark Hamill están de regreso para prestar sus
voces a Batman y Joker y… Diantres, de hecho es lo único que se me ocurre.
En
conclusión, Arkham VR no será
recordado como el mejor videojuego de Batman pero podría ser el que le abra la
puerta a un nuevo formato de aventuras. Ya sea que hayan disfrutado los juegos
de la serie Arkham o que tengan curiosidad por asomar al probable futuro de la
industria de los juegos electrónicos, échenle un ojo si tienen la oportunidad.
Una cosa les garantizo: será una experiencia interesante.
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