Ha poco que llegó a mis manos un poemario de Friedrich Hölderlin titulado El Archipiélago, el cuál reúne una docena de lamentos que versan sobre la perdida gloria de las islas griegas del Mediterráneo. Una de estas elegías me llamó en especial la atención porque alude claramente a Jerjes I, quien gobernara Persia entre el 486 y el 465 a. C. e invadiera Grecia durante la Segunda Guerra Médica (sí, es el mismo de 300). Como los versos de Hölderlin apuntan, el poderoso ejército de Jerjes consiguió tomar Atenas en el 480 a. C. (poco después de vencer a la resistencia de Leonidas en las Termópilas) y avanzó con relativo éxito por Grecia hasta que fue derrotado en Salamina y Platea y emprendió una retirada que le tomó más o menos un año. En nombre del ocio y la curiosidad literaria, me tomo la libertad de reproducir en este espacio el poema de Hölderlin.
Pues el adversario del numen, el persa de vasto imperio,
desde hace mucho tiempo cuenta sus numerosas
armas y sus incalculables vasallos,
burlándose de la tierra griega y de sus escasas islas,
que a este rey le parecía un juego,
pues sólo vislumbraba como en un sueño
a ese pueblo ferviente, armado por su divino genio.
Y dio, con ánimo ligero, la oden de combate
y rauda como la ígnea cascada
que el hirviente Etna derrama
sepultando ciudades y florecientes jardines,
hasta que la corriente encendida se enfría
en el sagrado mar;
así el rey, incendiando y arrasando ciudades,
se lanza desde Ecbátana con su grandiosa muchedumbre.
¡Y Atenas, espléndida, sucumbe!
Ancianos fugitivos vuelven sus ojos
lastimeros, desde la montaña,
donde las bestias escuchan su gritería,
hacia las viviendas y templos humeantes;
pero las plegarias de los hijos no pueden
reavivar las sagradas cenizas;
en el valle impera la muerte; el humo del incendio
se disipa en el cielo, y el persa,
excitado por su crimen, con el botín a cuestas,
continuará saqueando las comarcas vecinas.
Jerjes fue asesinado en el 465 a. C. como resultado de un complot del comandante de su guardia real, Artabano. Lo sucedió en el trono su hijo Artajerjes.
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