Colaboración especial de Carmen Yadira Murillo
A lo largo de los años, los cómics o historietas han pasado de ser un mero entreteniendo
infantil a un producto artístico de infinitas
posibilidades. En sus títulos hay una gran variedad
de personajes —realistas o fantásticos—; los
primeros cada vez nos regalan mejores historias y los segundos (por lo menos en
la categoría de superhéroes) tienden a resultar confusos y deficientes para el
lector novato, pero al experimentado todavía lo pueden
sorprender.
Injustice: Gods Among Us es un cómic de DC
basado en el videojuego del mismo nombre desarrollado por NetherRealm Studios y publicado por Warner Bros. Interactive. La premisa es la misma tanto en la historieta como en
el juego: los superhéroes de la Liga de
Justicia se dividen en dos bandos por los distintos principios éticos que rigen su deber; dicha escisión se
da después de la trágica muerte de Lois
Lane y todos los habitantes de Metrópolis gracias a uno
de los más espeluznantes planes del Joker. En el
videojuego, abordamos el conflicto cinco años después de dicho suceso, pero en el cómic nos enteramos de todo lo
ocurrido en ese lapso de tiempo. Hoy toca hablar de este último.
Tras la
tragedia de Metrópolis, Superman da la espalda a todos los principios que solía
representar y asesina al Joker en plena estación de policía, delante de Batman,
lo cual deja claro que un mal día puede desatar la
locura en cualquiera como lo advirtiera el payaso. Producto de esto, el Hombre
de Acero forja un camino que lo lleva a convertirse en el máximo dictador del mundo bajo la premisa de que “las guerras y la
injusticia deben terminar”. El cómic nos muestra las motivaciones que tiene cada metahumano
para unirse al Régimen de Superman o
a la Insurgencia, representada sobre todo por Batman, así como los conflictos que enfrentan políticos y ciudadanos a causa de las acciones antibélicas del Hijo de Krypton.
Desde los
primeros números, Injustice nos recuerda cierto periodo de la historia comunista rusa comunista: vemos a dos oponentes
con ideales parecidos —mas no los mismos— discutir cómo se debe responder a las crisis políticas y sociales; cada uno espera que el otro recapacite y vea
la verdad. Sin embargo, las referencias van más allá de esto, pues vemos desde la creación del ejército del régimen, equipado con todo lo necesario para subyugar a quienes
estén en contra, hasta arrestos extraoficiales, tortura, y
sanguinarios encuentros que resultan en víctimas mortales,
todo con el fin de silenciar a los opositores. Ahora bien, esto último no son acciones únicas y exclusivas
de la historia de un sólo país; recordemos, que esto sucede bajo cualquier dictadura o
sistema opresor, pero siendo Estados Unidos el origen del cómic, y remontándonos a muchas otras narraciones nacidas en dicha nación, no es novedoso encontrar en los villanos características que los vinculan a la Rusia soviética.
Durante
los arcos en que se divide la historia vemos transformarse a cada uno de los personajes, pero
llama sobre todo la atención Superman, a quien
cada vez le es más fácil asesinar y hacerse notar como el supremo líder ante el mundo y sus compañeros metahumanos. A
su vez, la historia nos muestra un sinfín de intentos por
detener al Último Hijo de Krypton,
los cuales terminan con bajas para la Insurgencia y profundos cuestionamientos
para los principales integrantes del Régimen.
Actualmente
el cómic se encuentra en pleno desarrollo de su año 5, con más de treinta números que no
parecen llevarnos al clímax de la historia.
De hecho, pese a lo genial del argumento, es frecuente que la lectura resulte
tediosa por dicha circunstancia, no sólo en el arco
actual, sino también en los anteriores.
La Insurgencia se ha quedado con Batman, Batgirl y Batwoman al frente de cientos
de civiles inconformes. Todo parece indicar que los sucesos del videojuego no
serán llevados a las páginas, y aunque se piense
que Superman no puede ser vencido después de tantos
ingeniosos atentados, debemos recordar que se trata de un cómic de superhéroes y es válido esperar que, a diferencia de lo que sucede
en la realidad, la justicia triunfe.
Cabe destacar
que la historia se desarrolla en un universo alterno a la actual línea argumental de DC y no nos relata ni el inicio ni el pasado
de ninguno de los personajes; asumimos que ellos y sus actos heróicos han
estado allí desde hace años y se respeta la esencia de cada uno de ellos. El resultado
es una historia que, con todo y sus fallas, es formidable e imperdible.
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