La cara audiencia que nos sigue desde hace tiempo sabe, como quien conoce los pormenores de su propio ser, que siempre fue el nuestro un espacio amigo de la libertad y la cultura y, por consiguiente, siempre vio con buenos ojos la labor de Grooveshark, heroico sitio que se esforzó por hacer de la Internet una red donde la pluralidad y el derecho a la información no estuviesen grabados ni gravados por las ambiciones deleznables de los perseguidores del lucro. Incluso, cuando tornose la cosa más horrenda y dieron muerte a nuestro bienamado surtidor de música, aquí se dedicó una entrada enérgica que incitaba a la rebelión y a mantener en alto el nombre de aquel si escualo, noble, si gratuito, merecedor de loores.
Mas no pudo, como de ordinario acontece en este mundo lleno de protervia abominable, vencer la bondad del corazón a la maldad corporativa, toda vez que el cuerpo y el corazón no fueron sino medios para exacerbar el poderío de los que hoy dominan el mercado musical, haciendo notar la pobreza de quienes se acogen a su execrable auxilio con los consabidos comerciales que irrumpen entre reproducción y reproducción, como quien estoquea el cadáver del enemigo largo tiempo caído encarnizándose valientemente porque sabe que no corre riesgo ninguno. Y no nos dolió tanto la muerte de Grooveshark como nos causó muerte el dolor de su partida; mas hoy, que revisando viejos documentos apareciéronse algunas ligas a canciones albergadas en aquella base de datos malafortunada, víctima de la curiosidad ailurocida, fui a dar clic para saber qué destino le había deparado el devenir a ese servidor tantas veces fatigado y ninguna veramente servido, acaso con la duda de si el pernicioso aviso que hacía las veces de epitafio seguía ahí, cual lápida olvidada, ostentando aún con altivez inmerecida el escarnio a que se había sometido a nuestro sitio amigo. Mas no plugo al cielo que resultase menos nefanda la visión que aguardaba a mis ojos, al encontrar un espacio que llevaba a manera de trofeo el ultrajado logotipo que tantas veces fue compañía en la ebriedad y la noche y que rezaba en mala lengua de bárbaros: “Grooveshark ya no está disponible, pero nosotros los de ScoreBig estamos emocionados por ofrecerte acceso a tratos exclusivos para ver conciertos en vivo en tu área”.
Bien imaginarán los que me conocen la cólera irrefrenable que sentí al ver esta aberrante muestra de desfachatez y desvergüenza. Y tal fue mi coraje que no pude sino maldecir a esos advenedizos oportunistas bujarrones que del más tierno de los árboles vinieron a hacer despojos para tirar a la lumbre.
Así paga este mundo cruento los buenos servicios de los que no adoran al dinero ni se avienen a sus designios ominosos. Así se hace leña del árbol caído…
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Así se hace leña del árbol caído
Por Tuzo Pillo Hora 00:00 0
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