Esta vez las musas del Helicón me instan a
escribir sobre todo lo que está mal con Troy,
esa película de 2004 dirigida por David Benioff y en la cual actuaron Brad
Pitt, Orlando Bloom, Eric Bana y Diane Kruger. La cinta intentó relatar los
pormenores de la invasión y posterior caída de la ciudad de Troya a manos de
los griegos omitiendo por completo la intervención de los dioses y, de paso,
muchísimas cosas más. En su defensa diré que, si lo tomamos como narración
singular, el largometraje funciona, sin embargo, es al momento de compararlo
con el material de origen que surgen un buen número de discrepancias e
incongruencias. Si hemos de tomarla como cierta, la Guerra de Troya fue uno de
los eventos más importantes de la antigüedad y el detonante del poderío romano
en la península itálica. De lo que no cabe duda es que esta épica contienda
marca el clímax de la mitología grecolatina y es, a la vez, una historia un
tanto obscura si tomamos en consideración que la mayor parte de los documentos
que la relataban no sobrevivieron a la antigüedad; La Ilíada y La Odisea, de
Homero, son sus pasajes más célebres porque son los únicos que llegaron
íntegros a nuestra era, de allí en fuera sólo nos queda un resumen conocido como
la Crestomatía, atribuido a algún
Proclo, y algunos fragmentos que comparten Apolodoro e Higinio. A partir del
conocimiento que tengo del tema a través de éstas y otras fuentes, señalaré las
muchas faltas que encuentro en Troy.
Aquiles
no era un soldado de fortuna
La
película abre con una confrontación entre los ejércitos de Micenas y Tesalia.
Los primeros triunfan cuando Aquiles (Pitt) vence de una sola estocada al
campeón de los segundos, acto que previene que las tropas de ambos bandos
derramen sangre. Esto es puro invento: Aquiles no era un soldado ordinario y
mucho menos estaba al servicio de Agamenón, rey de Micenas; él era hijo de
Peleo, rey de Egina, y nieto del semidios Éaco, de modo que era un príncipe
emparentado con el mismísimo Zeus.
Aquiles
no era un pacifista
En
su encarnación fílmica, Aquiles no se siente orgulloso de su aptitud para el
combate y habla con desprecio de los reyes que no participan en sus guerras, en
especial de Agamenón (Brian Cox). En realidad, Aquiles partió de buena gana a Troya
junto a otros nobles, y todos ellos, Agamenón incluido, participaban en los
combates.
Paris
era mayor que Aquiles
La
cinta nos muestra a Paris como un muchacho de unos 27 años (la edad de Orlando
Bloom durante el rodaje), mientras que Aquiles tendría poco menos de los 40
años de Brad Pitt. Esto es una gran error: Paris estuvo presente en la boda de
Peleo y Tetis, los padres de Aquiles, y fue en ese mismo evento que él, sin
saberlo, detonó la Guerra de Troya al conceder la manzana de la discordia a
Afrodita. Así pues, Paris debía ser, cuando menos, unos quince años mayor que
el Pelida.
El
juramento de Tindáreo
La
mitología no se pone de acuerdo sobre las condiciones en que Helena salió de
Esparta a bordo de las naves troyanas; algunas fuentes dicen que Paris la raptó
con ayuda de Afrodita y otras que ella se fue con él por su propia voluntad. Un
hecho que la cinta omite por completo es el juramento de Tindáreo: antes de
entregar a su hija Helena a Menelao, Tindáreo siguió el consejo de Odiseo e
hizo que todos sus pretendientes prometieran respetar su decisión y acudir en
ayuda del esposo elegido en caso de que ésta le fuera disputada. Fue esto lo
que impulsó a los reyes y héroes griegos a hacer la guerra con Troya y no la
ambición personal de Agamenón.
¿Y
dónde queda Troya?
En
el ciclo épico, al rapto de Helena sigue un episodio un tanto chusco y
vergonzoso en el cual nuestros héroes reconocen no tener idea de cómo llegar a
Troya. Por error desembarcan y atacan en Misia, donde combaten a Télefo, hijo
de Heracles, para luego desbandarse. Cuando la armada por fin se reúne (años
después, según parece), se topa con otras tantas calamidades antes de llegar a
la lejana Ilión. En la película, el viaje les toma unos días solamente.
La
guerra duró diez años
El
sacerdote Calcas profetizó que la guerra tendría una duración de diez años
mucho antes que los griegos pisaran Troya. De hecho, los eventos de La Ilíada transcurren en el último año
de la gesta. En Troy, el asunto queda
zanjado en cuestión de días.
¿Y
Filoctetes?
Uno
de los héroes griegos que se quedan en el camino a Troya es Filoctetes, amigo
de Heracles cuya posterior participación en la guerra fue crucial para el
triunfo griego. La película omite a este personaje por completo.
Patroclo
no era primo de Aquiles
Patroclo
era hijo de Menecio, rey de Opus, y no tenía parentesco alguno con Aquiles. Incluso
es probable que fuera mayor que él. En la tradición clásica, la relación entre estos
dos personajes es ambigua, y aunque aquello de si eran amantes o solamente
buenos amigos está sujeto a la interpretación, los antiguos griegos daban por
sentada su relación homoerótica.
Aquiles
no saqueó el templo de Apolo
En
la película, Aquiles ordena a los mirmidones saquear el templo de Apolo casi
tan pronto desembarcan en Troya. Incluso, el héroe decapita la estatua de Apolo
flechador, acto que sus súbditos interpretan como mal agüero. En el relato
mitológico, es Agamenón y no Aquiles quien ofende a Apolo al raptar a Criseida,
hija de Criso, sacerdote al servicio del dios de la sabiduría. Esto, sin
embargo, sucede hacia el final de la guerra.
Briseida
no era sobrina de Príamo
Briseida
fue la mujer por quien Aquiles ardió en cólera al inicio de La Ilíada: los griegos sufrían una peste
que diezmaba sus tropas; Agamenón consultó con Calcas y éste determinó que el
Rey de Hombres debía renunciar a su concubina, Criseida, para apaciguar a Apolo
y que así el dios los librara de la enfermedad. A modo de consuelo, el Atrida
tomó para sí a Briseida, quien había sido raptada por Aquiles como trofeo; esto
ofendió tanto al Pelida que éste se rehusó a participar en la guerra hasta la
muerte de Patroclo, decisión que probó ser, como bien señala Homero, funesta
para la causa de los aqueos. Si bien el argumento de Troy respeta este evento, esta encarnación de Briseida (Rose Byrne)
está emparentada con la familia real de Troya y, de hecho, es una virgen al
servicio de Apolo cuando su contraparte mitológica estaba casada con Mines, rey
de Linerso.
Héctor
no mató a Áyax
En
La Ilíada, Áyax Telamonio y Héctor se
baten dos ocasiones en combate singular; en su primer encuentro los dos pelean
el día entero sin que haya un vencedor, se declara un empate y ambos intercambian
obsequios; Héctor se alza como el ganador del segundo enfrentamiento pero no
consigue matar a Áyax, quien se retira al percatarse que no podrá vencer. La
muerte del rey de Salamina llegará mucho más tarde, de manera harto dramática.
En la película, Héctor (Bana) hiere de muerte a Áyax durante su primer combate.
¡Ah! Y aquello de que Áyax blandiera un martillo como arma raya en lo absurdo.
Héctor
no mató a Menelao
Durante
los eventos de La Ilíada, Paris
desafió a Menelao a un duelo cuyo vencedor se quedaría con Helena y todas las
riquezas del otro. El rey de Esparta estuvo a punto de dar muerte al príncipe
troyano, pero éste fue rescatado por Afrodita. En la cinta vemos un combate
similar, con la diferencia de que allí es Héctor y no la diosa quien salva a
Paris y, de paso, asesina a Menelao. De hecho, el joven Atrida fue uno de los
pocos héroes griegos que sobrevivieron a la Guerra de Troya y a los peligros
que les esperaban en el camino de vuelta a casa.
¿Y
Diomedes?
Uno
de los pasajes más espectaculares de La
Ilíada es la principalía de Diomedes, futuro rey de Argos, a quien el texto
homérico presenta como uno de los guerreros más bravos, prácticamente a la par
de Aquiles. En la quinta rapsoda del poema, el héroe enfrenta por su cuenta a
los troyanos y no solamente da muerte al arquero Pándaro, sino que por poco
toma también la vida de Eneas y consigue herir a Afrodita. El guión de Troy le ignora por completo.
¿Patroclo
inexperto?
En
su encarnación fílmica, Patroclo (Garrett Hedlund) es un muchacho ansioso por
luchar junto a Aquiles y los mirmidones muy a pesar de su obvia inexperiencia,
la cual le cuesta la vida a manos de Héctor. En el relato homérico, Patroclo es
un guerrero capaz que incluso da muerte a Sarpedón, hijo de Zeus.
La
muerte de Patroclo
Tanto
en La Ilíada como en Troy, Patroclo se retira de la guerra
como resultado de la cólera de Aquiles, y más tarde regresa al frente de los
mirmidones, vistiendo la armadura de su amigo querido, para repeler a los
troyanos que amenazan con prender fuego a las naves griegas. Durante esta
valerosa incursión, Patroclo encara a Héctor y es muerto por él, situación que
orilla a Aquiles a regresar al combate para vengarlo. Hay, sin embargo, una
notoria discrepancia entre el texto y la película, y es que en ésta Patroclo
toma las armas de Aquiles a escondidas y se hace pasar por él para guiar a los
mirmidones y elevar la moral de la tropa antes de su fatídico final, mientras
que en aquél es el propio Aquiles quien le da permiso de llevar a cabo el acto
que le traerá la muerte. Además, el deceso de Patroclo no cesa las
hostilidades, pues no solamente Héctor lo despoja de la armadura del Pelida,
sino que los griegos deben luchar encarnizadamente para defender su cadáver y
llevarlo de vuelta al campamento.
El
combate de Héctor y Aquiles
Quizá
el punto cúspide tanto de La Ilíada
como de Troy sea el enfrentamiento
entre Héctor y Aquiles, sin embargo, éste transcurre de manera muy distinta en
ambos materiales: mientras que en la película los dos pelean en combate
singular luego que Aquiles se plantara frente a Troya para retarlo, en el poema
de Homero esta pelea se suscita en medio de un choque entre griegos y troyanos.
Apolo retira a Héctor del peligro, pero Aquiles le da alcance y lo persigue
alrededor de la muralla hasta que Afrodita intercepta al príncipe troyano
disfrazada como su hermano Deífobo y lo distrae lo suficiente para que el
Pelida lo atrape y le dé muerte. Posteriormente, Príamo se aventura hasta la
tienda de Aquiles para suplicar le devuelva el cadáver de su hijo, justo como
vemos en la película, y con ello concluyen la cólera del hijo de Peleo y el
texto de La Ilíada.
Entre
La Ilíada y el caballo de Troya
El
texto y la película difieren notablemente en lo acontecido tras el rescate del
cadáver de Héctor: mientras que en ésta Odiseo sugiere que los griegos se
infiltren a Troya en el interior de un caballo de madera fabricado a manera de
tributo, en aquél ocurren muchísimas cosas más, como la intervención de los
etíopes y las amazonas, las muertes de Aquiles y Áyax, la llegada de Neoptólemo
y Filoctetes, y la muerte de Paris. En Troy,
prácticamente todo esto fue omitido y tanto Aquiles como Paris aún viven cuando
los griegos llevan a cabo el asedio final de Ilión.
El
caballo de Troya
Uno
de los principales motivos del ciclo troyano es el triunfo del intelecto sobre
la fuerza bruta. Cada bando tenía de su lado a uno de los dioses de la guerra:
los troyanos a Ares, quien representaba el aspecto violento y sanguinario del
combate, y los griegos a Atenea, quien simbolizaba la estrategia y la prudencia.
Según algunas fuentes, fue precisamente la diosa quien hizo ver a los aqueos
que no conseguirían tomar la ciudad por la fuerza, sino usando la cabeza, y así
se urdió el plan del caballo de madera. La película omite a dos personajes
cruciales en este mito: Casandra y Laocoonte, dos videntes que advirtieron del
peligro que encerraba el presunto tributo de los griegos pero a quienes nadie
creyó; en su lugar, es Paris quien pide a Príamo, sin resultado, que le prenda
fuego antes que introducirlo a Troya.
Agamenón
no mató a Príamo
En
la película, Agamenón asesina a Príamo durante la invasión de la ciudad; en
realidad, Príamo fue muerto por Neoptólemo, hijo de Aquiles.
Briseida
no mató a Agamenón
Hacia
el final de Troy, Briseida ataca a
Agamenón luego que éste asesinara a Príamo y consigue acuchillarlo justo antes
que él la estrangule. Error: Agamenón sobrevivió a la guerra y luego de algunas
aventuras en el Mediterráneo regresó a Micenas, donde encontraría la muerte a
manos de su propia esposa, Clitemnestra, y su amante, Egisto, dando inicio a la
Orestíada.
Paris
no sobrevivió a la guerra
En
el ciclo épico, Paris mató a Aquiles con sus flechas y poco después murió a
merced del arco de Filoctetes, antes de la creación del caballo de Troya, de
modo que no pudo hacer nada de lo que le atribuye Troy tras la muerte de Héctor.
Helena
no escapó de Troya
En
la película, Helena, Andrómaca y Paris organizan el escape de los troyanos durante
el ataque de los griegos y las dos mujeres parten de la ciudad con un grupo de sobrevivientes
mientras Paris se queda atrás para rescatar a Briseida y enfrentar a Aquiles.
Esto no ocurre así en el ciclo épico y, de hecho, es bastante más complicado:
tras la muerte de Paris, Helena fue entregada como esposa a Deífobo, hijo de
Príamo, quien fue muerto por Menelao durante la invasión y así pudo éste, por
fin, reclamar de vuelta a su mujer. ¡El objetivo de la guerra se había
cumplido! Helena y Menelao sobrevivieron a los regresos y, durante los eventos
de La Odisea, descubrimos que
reinaban de nuevo en Esparta.
Eneas
Hacia
el final de la película, cuando Paris lleva a Andrómaca y Helena al túnel que
las sacará de la ciudad, entrega la “espada de Troya” a un muchacho que también
iba de escapada llamado Eneas y le confía a su cuñada, a su amada, y el futuro
de su pueblo. Eneas no es ningún personaje incidental en el ciclo épico: era
hijo de Anquises y de Afrodita, sobrino de Príamo y primo de Héctor y Paris. Como
uno de los principales héroes troyanos, enfrentó a Diomedes y Aquiles. Cuando
los griegos entraron a la ciudad en el caballo de madera, su madre le advirtió
del peligro y él huyó acompañado por su padre, su hijo Ascanio y otros
notables, llevando consigo las reliquias de Troya. Sus aventuras posteriores lo
llevarían a la península itálica, en donde sus descendientes, Rómulo y Remo,
fundarían Roma. Virgilio plasmó esta leyenda en la Eneida.
Los
regresos
El
ciclo épico no termina con la caída de Troya, como sugiere la película: en realidad
la conquista de la ciudad no significó un final feliz para los héroes griegos,
pues numerosos peligros les aguardaban en el camino de regreso a sus patrias; muchos de aquellos que eludieron a la muerte en Ilión la encontraron en el
Mediterráneo. La travesía más famosa fue la de Odiseo, rey de Ítaca, relatada
por Homero en La Odisea, la cual
abarca nada menos que diez años. Con todo, no es el capítulo final, pues la
historia de Odiseo y de todo el meollo troyano llega a su conclusión en la Telegonía.
:")
ResponderBorrarHola Erasmo!
ResponderBorrarUn comentario sobre el parentesco de Aquiles y Patroclo:
La abuela de Patroclo por parte de padre (Menecio), Egina, tuvo un hijo con Zeus llamado Éaco. Éaco era el padre de Peleo y por tanto abuelo de Aquiles.
Un saludo!
Joan