Si bien fueron muchos más los juegos de la
primera mitad de los 90 que replicaron la fórmula de Street Fighter II, los listados en esta serie son algunos de los
que más éxito tuvieron y, en la mayoría de los casos casos, introdujeron otras
innovaciones que hoy día son obligadas en los títulos de pelea.
Pienso que fue
precisamente con el estreno de Darkstalkers,
The King of Fighters, Street Fighter Alpha y otros títulos que
aparecieron después de 1994 como Killer
Instinct que se terminaron los clones de Street Fighter II y comenzaron a surgir producciones más originales
y ambiciosas que trajeron cosas buenas y malas al género; algunos lanzamientos
recientes, como Injustice o Mortal Kombat X, son tan vastos que uno
extraña la simplicidad de los títulos que acabamos de repasar. Incluso,
mientras escribo estas líneas, Capcom añade contenido descargable al recién
publicado Street Fighter V, un título
tan vistoso que, al verlo, cuesta trabajo creer que hace un cuarto de siglo
doce personajes pixeleados y con un contado repertorio de movimientos deslumbraran
al mundo y dieran un giro inesperado a la industria de los videojuegos.
Muchas
gracias a todos por tomarse el tiempo de leer esta serie, la primera que
escribo sobre un tema que ha sido de mi interés desde que era niño. Ha sido muy
placentero revivir los recuerdos de estos juegos y espero haberles contagiado
un poco de la nostalgia que me ha embargado durante la redacción. Hasta se
antoja darse una vuelta por el arcade
para echar unas monedas al gabinete, ¿qué no? Es una lástima que la era de los
salones de videojuegos haya quedado muy, muy atrás (y no, Moy y similares no
cuentan). Pero quién sabe; con aquello de que el amor por el pasado se ha
vuelto buen negocio no me sorprendería que algún día las productoras decidieran
volver a sus orígenes y los gabinetes cobraran un nuevo auge. Tengan por seguro
que iría corriendo a colocar mi moneda sobre la pantalla para apartar mi turno
en los controles.
Se vale soñar.
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