Mortal Kombat
Es injusto considerar a Mortal Kombat una copia de Street Fighter II como algunos de los otros
videojuegos que hemos visto hasta ahora, pero es digno de mención porque fue el
primer título de peleas en igualarlo en términos de popularidad, situación que
persiste hasta la fecha.
Producido por Midway Games en 1992, éste fue sin duda
el videojuego más escandaloso de la época por dos, en apariencia, sencillas
características: los golpes propinados al rival le hacían sangrar y, tras ganar
dos rounds, era posible matarle a la voz de “Finish him!” (o “her”). Mortal Kombat era el arcade que tus
padres no querían que jugaras, y se lo consideraba tan violento que su
adaptación al SNES tuvo que omitir los borbotones de sangre y moderar algunos
de los fatalities. También fue pionero en la
animación por captura de movimiento (motion
capture): sus personajes no eran meros dibujos animados; actores de carne y
hueso dieron vida a sus movimientos, salvo por Goro que fue creado con un
modelo de stop motion. Si bien esto le ganó muchos puntos a su favor, sus desarrolladores abandonaron la metodología a partir de Mortal Kombat IV por el alto costo que implicaba.
Asimismo, fue
el primero en introducir a un peleador oculto que podía desbloquearse cumpliendo una serie de requisitos (Reptile) y otro que aparecía por error
(Ermac —larga historia—). Pese a todas estas innovaciones, Mortal Kombat no se salvó de los personajes “espejo” a la Ryu y
Ken, y no tenía solamente a dos, sino a tres: Scorpion, Sub-Zero y Reptile (de hecho, con
los años Mortal Kombat ha producido
una colección de ninjas de todos los colores y sabores).
Este aclamado título ha
generado hasta ahora nueve secuelas (de entre ellas, MKII,
de 1993, es considerada un hito en la historia del género), spin-offs y, al
igual que Street Fighter II, tuvo dos
desastrosos largometrajes live action. La franquicia actualmente es propiedad
de Warner Bros. Games, empresa que le
inyectó vitalidad luego de varios años de oscurantismo.
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