Las tetas

Colaboración especial. Texto del Prof. Enrique Taboada Pérez




Las hay grandes, chicas, medianas; las hay de pezones rosas y pezones chicos; las hay colgadas, las hay firmes, las hay media copa y copa loca. Sí, señores, hablo de los senos, las tetas, las chichis.

Quizás mi único fetiche es ver los senos de aquellas hembras tan hermosas que Dios nos dio.

Mis primeras tetas, las primeras que tuve en mis manos, no me había ido tan mal, eran grandes con un pezón al cual bastaba una lamida para que floreciera la pasión.

Me han tocado senos muy chicos, sin chiste, y es que los senos son la extensión de la pasión; si bien comienza con un beso, se extiende por todo el cuerpo por los senos, aquellos montes paralelos y ese paralelismo es lo que hace que la lengua sea pura geometría.

Si me preguntan por qué los senos, simplemente es porque no hay nada más hermoso que unos senos discretos asomándose por una blusa indiscreta, ya sea en el trabajo, en la calle, en el café, en el parque, para mí no hay nada mejor que unos senos desnudos.

6 de diciembre de 2015.

Aunque ajeno al texto y al autor, este video ilustra la sabiduría compartida aquí.

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