Fatal Fury: King of Fighters
SNK fue uno de los primeros retadores en
el terreno de los videojuegos de pelea y entró a la contienda a finales de 1991
con Fatal Fury: King of Fighters, el
primero en una larga lista de títulos que produciría hasta posicionarse como el
principal competidor de Capcom dentro del género.
Cabe destacar que también fue
uno de los pocos desarrolladores que mantuvo una distancia estilística, aunque personajes como Michael Max, Raiden y Billy Kane eran un tanto reminiscentes de Balrog, Zangief y Vega de SFII. Fatal Fury contaba con solamente tres
personajes accesibles al jugador y ocho jefes controlados por la computadora.
Los protagonistas eran los hermanos Terry y Andy Bogard y su amigo Joe Higashi,
quienes buscaban vengar la muerte del padre de los primeros a manos de Geese
Howard, un experto en artes marciales al frente del crimen organizado de South
Town. Terry, Andy y Joe poseían un repertorio de movimientos especiales más o
menos reminiscentes de los de Ryu y Ken en SFII
(un proyectil, un ataque de largo alcance y otro anti-aéreo como el
Sho-Ryu-Ken); incluso, algunos ataques se realizaban con las mismas secuencias,
tendencia que se mantiene hasta nuestros días.
Al igual que SFII, contaba con bonus stages que permitían acumular puntos al ir progresando en la
historia, los cuales consistían en simulaciones en las que se echaba un pulso o
una vencida contra un oponente mecánico. Pero quizá la principal innovación de Fatal Fury fue la introducción del
combate en dos planos; pulsando un botón, el personaje podía acercarse o
alejarse dentro del escenario, lo cual no era ni muy útil ni espectacular, pero
podría ser considerado el primer intento por desarrollar la pelea en un
ambiente tridimensional.
Fatal Fury fue el primero de los
llamados “clones” de Street Fighter II,
y resultó ser muy popular tanto en Asia como en América; algunos de los
personajes que aparecieron dentro este título y sus casi diez secuelas directas
se convirtieron en emblemas de los videojuegos de pelea al lado de Ryu y Ken.
Conforme fue pasando el tiempo, adquirió un estilo gráfico y de control mucho
más original y hasta tuvo su propia serie de largometrajes animados, que, salvo
por las bubis de Mai Shiranui, no eran muy memorables. Años más tarde, Fatal Fury se fusionaría con otros
títulos de SNK para dar origen al universo The
King of Fighters.
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