Home viejitos pero buenitos Deșteaptă-te, române!
Deșteaptă-te, române!
Por Tuzo Pillo Hora 17:55 0
Mi relación con Rumanía, como los rumanos mismos, es conflictiva.
Todavía, cuando cierro los ojos, mientras espero a que la vida pase y deje de atormentarme con su ruido inacabable, puedo sentir la piel, demasiado lisa, demasiado blanca, demasiado neutra de una rumana de Brăila, pesca portentosa de un Danubio agotado por los valses austríacos y los orines de un pueblo fatigado por el peso de su propia historia.
No sé bien a bien de dónde me viene la nostalgia por esa rumana y por su país, tan gélido y distante de mí mismo, tan incomprensible para toda sapiencia, sea latina o eslava. ¿Será que me he quedado ansioso de ver a mis hijos en Brăila? ¿De volver a Bucureşti, hasta esa universidad que me promete lo que mi propia patria y lengua tan crudamente me niegan, gloria de un si oscuro hijo de Trajano, si americano nieto de las sombras imperiales? ¿Qué me llamas, indómita, impertérrita, Valaquia? ¿Qué me solicitas Brăila ramplona, ignara, húmido seno en el ombligo de la tierra?
Todavía, cuando el peso de mi propia soledad me impele a recordar ese resquicio subjuntivo que se sueña apenas, estoy otra vez cogido de su mano y un cántico desconocido, más serbio que otra cosa, merced de la influencia musical que tan poderosa ha sido en mi infancia y adolescencia, nos conduce al páramo donde somos uno, donde la felicidad no agota nunca nuestros pechos excitados por arcanas tentaciones y la poesía nos hace brisa de los templos que observan con severa angustia la decadencia de un olvido antiguo.
Todavía escucho el himno y enmudezco y mi boca se esfuerza por moldear cada letra y al final siento un leve pero sincero beso.
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