La colonia La Primavera, en Monterrey,disfruta todas las tardes de la segunda mitad del año con los enfrentamientos entre clubes de americano en el ahora célebre campo de los Búfalos. Todas las tardes la afición anega con su entusiasmado griterío los alrededores de la sede, sin embargo parece claro que la admiración y el placer que proporciona el bárbaro entretenimiento de las masas decrece a causa de las patéticas fórmulas de apoyo que, a falta de originalidad, los aficionados se ven obligados a repetir ad infinitum sin que sirvan genuinamente al estímulo de la moral del equipo. Con esto en mente, he compuesto este himno que refleja bien el carácter de los bravos búfalos.
Suene el bramido que hace temblar la tierra,
retumben las pisadas de nuestros feroces guerreros;
nuestros rivales no tienen oportunidad,
esta tarde barreremos el campo con ellos.
El aire otoñal acaricia nuestros cascos,
el sol desciende con parsimonia entre los montes,
el cielo está rojo como la sangre
que derramarán nuestros adversarios.
Ya sea en nuestro campo, ya sea en el contrario
la derrota aguarda solamente a los débiles,
nosotros somos fuertes, no conocemos la piedad,
nuestro lema es «vencer y matar».
Si nos convocan a defender el honor
vamos gustosos al campo enemigo,
armados únicamente de valor y encono,
encono contra el débil y temeroso contrario
que arrastraremos por todo su campo.
Aplastaremos sus cráneos, moleremos sus huesos
en la feroz estampida de nuestro furor,
beberemos la sangre de sus mujeres
y esclavizaremos a sus hijos.
¡Somos los Búfalos de la Primavera!
Nadie queda en pie tras nuestra embestida;
la naturaleza tiembla y se doblega a nuestro paso,
el Cerro de la Silla se inclina para honrarnos.
Cuando entramos a jugar es día de luto,
la muerte abraza a nuestros adversarios;
son cadáveres que por azar se mantienen en pie.
retumben las pisadas de nuestros feroces guerreros;
nuestros rivales no tienen oportunidad,
esta tarde barreremos el campo con ellos.
El aire otoñal acaricia nuestros cascos,
el sol desciende con parsimonia entre los montes,
el cielo está rojo como la sangre
que derramarán nuestros adversarios.
Ya sea en nuestro campo, ya sea en el contrario
la derrota aguarda solamente a los débiles,
nosotros somos fuertes, no conocemos la piedad,
nuestro lema es «vencer y matar».
Si nos convocan a defender el honor
vamos gustosos al campo enemigo,
armados únicamente de valor y encono,
encono contra el débil y temeroso contrario
que arrastraremos por todo su campo.
Aplastaremos sus cráneos, moleremos sus huesos
en la feroz estampida de nuestro furor,
beberemos la sangre de sus mujeres
y esclavizaremos a sus hijos.
¡Somos los Búfalos de la Primavera!
Nadie queda en pie tras nuestra embestida;
la naturaleza tiembla y se doblega a nuestro paso,
el Cerro de la Silla se inclina para honrarnos.
Cuando entramos a jugar es día de luto,
la muerte abraza a nuestros adversarios;
son cadáveres que por azar se mantienen en pie.
#HazDeporte #ClubBúfalos
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