El día que López Obrador en contubernio con Mark Zuckerberg se adueñó de Twitter

El día que López Obrador en contubernio con Mark Zuckerberg se adueñó de Twitter No sabía yo esta tarde, cuando abrí el Twitter después de una larga jornada de trabajo, que un nuevo cambio había acaecido en la red social favorita de todos. Precisamente el ámbito del favoritismo se ha visto truncado en la dicha por la sustitución de las estrellas en favor de esos horrendos corazones puñetines que, encima, ahora también dicen “me gusta”. Sin duda recuerdan a la interacción en el execrable caralibro, sus emoticones y, para los usuarios menos maricones o no tan melindrosos, que todo es lo mismo, es indubitable que también les deje un regusto a Tumblr. ¿Qué bestia habrá decidido que ya no se puede favear los gorjeos ajenos y en su lugar es mejor gustar dellos? Para mí tengo que esto es obra de las dos mentes criminales más grandes de nuestro tiempo: Zuckerberga, que todo lo quiere tornar como su red aborrecible (misma que le ha copiado infinidad de cosas buenas a G+, pésele a quien le pese) y el otro no podía ser sino MALO, que con seguridad ya está preparándose para un nuevo golpe de estado en 2018, ante la alarmante suma de votos que tampoco le van a dar el triunfo presidencial que tanto anhela.

Quien no me crea que se remita a las pruebas: imposición del “amor” como medio de intercambio, cambios sin previo aviso y, por supuesto, oídos sordos a la demanda popular. ¡Si es que solamente falta que exhiban el cadáver de Steve Jobs en Reforma para que todos los genios malignos se hayan congregado con el único y exclusivo propósito de joder a México! Porque es que hay que afrontarlo, todo lo que ocurre en el mundo tiene por único objetivo obedecer a la mafia en el poder, que se encuentra asentada ahí en los Pinos y fuera dellos, en Morena, el PRD, el PT, el PRI y todos los partidos, que son regidos por extraterrestres, reptilianos e iluminatis.

Más allá de toda conspiración, lo cierto es que quizá estemos presenciando una sinergia estéticamente repugnante, no precisamente con fb, sino con el ano predilecto del Internet, el ya mentado Tumblr. Escribo a ciegas y solamente basado en el uso corazones para expresar un “me gusta”, aunque habrá que ver cómo se suceden las cosas. A estas horas no me parece descabellado, así como a nadie le resulta notable el hecho de que en TweetDeck (hasta este momento preciso) las estrellas siguen titilando en los gorjeos de los usuarios. ¿Cuánto durará esta dicha? A ver si mañana el pajarito azul no se convierte en una te minúscula con serif.

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