Es el mes de noviembre al fin llegado y con él nuestra editorial que ha pasado, por motivos meramente sentimentales, de ser mensual a bimestral. En esta ocasión hemos deseado abrir nuestras publicaciones con las tradicionales calaveras literarias, que en otra edad, según se rumora por ahí, se dijeron panteones.
No es nuestra intención, de momento, venir a explicaros qué coño es una calaverita, baste decir que apegados a la vieja tradición, hemos de ofrecer aquí las más que se puedan en el transcurso del día dos de noviembre, consagrado a los fieles difuntos, con la intención de divertirnos y hacer del pillaje un espectáculo que, como bien sabéis, primero que todo quiere edificaros desde lo más hondo de vuestras bermejas tripas.
Son de notar nuestros avances en este ámbito del ciberespacio: quienquiera que nos frecuente ha de notar que ya no somos un dominio pateticucho a la sombra de blogger, pues contamos con nuestra propia dirección y pronto con imagen remozada. Aprovecharnos queremos del jolgorio de la muerte para renacer, lo mismo que el fénix, con nuevos bríos y una brillante nueva facha… o lo que se pueda hacer, en su defecto. Entre tanto, quede aquí nuestra editorial y ojalá que os diviertan nuestras labores poéticas.
¡Feliz día de muertos!

Ofrenda monumental en la Secretaría de Cultura de Chilpancingo, Guerrero. Fotografía de CNN México.
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