Ay, lectores...
El menú de hoy consistió en milanesa de res con puré de papa o pechuga de pollo empanizada con ensalada verde. Fue un grave error pedir lo primero, pues bajo la capa de pan frito no había sino un bistec duro, lleno de grasa y nervios que, por si fuera poco, era más o menos del tamaño de una servilleta doblada. El puré me lo sirvieron frío, como si llevara tiempo en el refrigerador, y a leguas se notaba que era de esos que venden ya preparados en una cajita. De postre me dieron un trocito de pan de chocolate. ¡Ah, señora miserable!
Pero esto no fue lo único agraviante durante la comida de hoy; en esta ocasión tenían puesta una película que, en lo personal, me gusta mucho: Flight, con Denzel Washington. La cinta apenas comenzaba cuando ocupé la mesa, y quienes la han visto sabrán que uno de los momentos más impactantes de la misma es cuando, en plena caída, el capitán Whitaker pone el avión de cabeza para conseguir planear y minimizar los daños del impacto. Bueno, la señora de la cocina económica parece no estar muy de acuerdo, pues justo cuando la tripulación del vuelo 227 se preparaba para despegar, la malvada mujer cogió el control remoto y adelantó la película hasta el momento que Whip sale del hospital. ¡Joder, ni las películas se pueden disfrutar en esa pocilga!
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