La historia de hoy es bien divertida, un viajecillo en el tiempo y en el español.
Les cuento un poco, un día unos señoritos estudiosos de la capital se fueron a unos lugares perdidos de la península Ibérica. Su intención era investigar la cultura y las tradiciones, saber cómo era el lenguaje en esos pueblos dejados de la mano citadina.
Ahí viene mi parte favorita, tenían un cuestionario, unas de las preguntas eran para saber cómo se pretende a una mujer y el proceso para hacerse novios. Sujétense las jaretas si son humanos y las colchonetas de las patas si son perros, ahí les va:
“Entra el novio en casa de la novia y delante de la familia se dirige a la novia diciéndole: Churruchú, por ti me meo, y ella, si le gusta el chico, contesta: Por ti me jarrapicho, y ya está el noviazgo arreglado”.
Nombre, yo hubiera sido bien famoso en ese pueblo, "Yeyiyo el perro enamoradizo", haciendo del bañito por todos lados. Jejejeje. Perrita-meo-perrita-meo.
Pero no se crea que todo es pipí en este mundo, mear tenía más significados hace siglos, al rato les escribo otra entrada para que aprendan a usar la palabra mear en frases "cultas".
Si les gusta alguien, ya saben qué decir "por ti me meo".
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