Ha tiempo que me he topado en algunas
librerías los títulos de Editorial Herder, los cuales son adaptaciones gráficas
de clásicos literarios y filosóficos como el que me trae a escribirles esta
tarde. Resulta que durante mi última visita a Monterrey, hogar del maravilloso
Cabo Grill, por fin me animé a adquirir el tratado marxista por excelencia, El Capital, pero en versión manga.
“¿Cómo puede convertirse un ensayo en cómic?”, se preguntarán como hice yo en
su momento; conforme me adentré en sus páginas descubrí cómo funcionaba el
asunto, y funciona así: en palabras del anónimo editor, los libros de esta
colección son un puente entre el lector y la obra original, es decir, te
presentan los conceptos, trama o puntos fuertes del texto de manera amigable y
amena con la intención de que ello te lleve al libro. Tras leer esta versión de El Capital considero
que la idea debe dar resultado.
En
lo que a El Capital respecta, la cosa
va así: mediante una muy sencilla y didáctica historia se nos plantean y
explican los elementos que fincaron la teoría económica de Marx y Engels
(¡quienes de hecho salen en el cómic!), la cual, por cierto, sigue tan vigente
como cuando ellos la publicaron (entre 1867 y 1894) y nos abre los ojos a un
panorama contemporáneo nada alentador. Pero vaya, la trama es la siguiente:
Robin es un chico humilde que hace quesos junto con su padre para venderlos en
el mercado del pueblo los fines de semana. Su producto tiene tal éxito que
llama la atención de Annie, la hija de un banquero, y de Daniel, un joven y
ambicioso inversionista. Ambos ven potencial en la industrialización y
comercialización masiva de los quesos de Robin y le plantean abrir una fábrica
en la que Daniel pondrá el dinero y Robin el conocimiento y la mano de obra.
Así, el chico pasa del mercado a la administración de una empresa que debe
buscar el beneficio a toda costa, atropellando ética y moral en el camino. A
través de las vivencias de Robin, Marx nos explica los conceptos fundamentales
del capitalismo, como producción, explotación, plusvalía, y la muy temida
crisis. Y las contrariedades y dilemas que todo ello engloba.
A
mí me ha gustado mucho y lo recomiendo para una lectura de un par de días,
enriquecedora para quienes no somos muy versados en estos temas. En esta misma
colección de Herder se pueden encontrar títulos de Confucio, Nietzsche, Orwell,
Rosseau y Dante, entre otros.
Eso sí que es una maravilla, otras formas de aprender sin hacerlo tan pesado.
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