Además de los libros, el cine y los video
juegos soy aficionado al teatro, y siempre que veo una buena puesta no sólo me
divierto como enano, sino que me proyecto hacia esas épocas en las que deseaba
escribir y montar un monólogo. Tal vez algún día, cuando las estrellas y
planetas sean propicios, lo haga, pero mientras tanto quiero contarles sobre
una producción de teatro cabaret que descubrí en Puebla y que me fascinó con F
de fornicación… Digo, de fascinación.
Estoy hablando de El Cártel de las Golfas,
presentada por la compañía Talavera Cabaret en el Café Marcel del centro histórico
de la “Angelo-polis”. Jorge Vértiz, Jovany Magaña, Juan Munchi y Rubén Reyna
dan vida a los personajes de esta comedia de situación mágica y musical
ambientada en la antigua Grecia (¿o no?), y la cual gira en torno a las cuatro
mujeres de una familia cuyo adinerado patriarca recién ha muerto. Precious, la
hija menor, es rebajada a ser la sirvienta de la casa por Matria y Electra, la
madrastra y hermanastra malvadas del cuento respectivamente, quienes la forzan
a tener los pisos BIEN LIMPIOS ante la impotente, aunque telepática, mirada de
la abuela Antígona. Pero Precious, cual princesa Disney, sueña con la libertad
y el amor, aunque quién sabe en qué orden, y la oportunidad de encontrarlos le
viene cuando, súbitamente, la fortuna familiar se pierde y las cuatro se ven
enredadas en el mundo del crimen organizado. ¿Qué serán capaces de hacer para
restaurar el status quo? Eso es lo más divertido.
El Cártel de las Golfas es una puesta en
escena dinámica, colorida, musical (muy musical), interactiva y atrapante en la
cual hay carcajadas hasta para aventar, drama, romance (creo) y fresquísimas
referencias a nuestra contemporaneidad que convencen de que, como dicen los
protagonistas y mentes maestras, las penas con cabaret son… las mismas, pero
con risa. Les recomiendo vayan a ver este show (no se van a arrepentir y, en
caso de que sí, podrán desquitarse invitando a sus enemigos) y los insto a
checar el resto del trabajo de Talavera Cabaret que, la neta, está muy chido.
De nada.
Publicar un comentario