Voy llegando a casa de la premier de Avengers: Age of Ultron y aunque son las
tres de la mañana no tengo pizca de sueño y sí muchas cosas en la cabeza, así
que heme aquí, plasmándolas para ustedes. Sé
lo que se preguntan en este momento: ¿qué tal está la secuela de Avengers? Lo plantearé así: la primera
fue grandiosa; la culminación de una primera etapa que arrancó con Iron Man en 2008 y a la cual poco a poco
se le fueron sumando piezas de manera espectacular. Age
of Ultron, en comparación, es inmensa.
Avengers: Age of Ultron es dirigida por
Joss Whedon, al igual que su antecesora, y está estelarizada por… Bueno, casi
todos los actores a quienes ya vimos en las otras diez cintas que conforman el
universo cinematográfico de Marvel, sumándose en esta ocasión Aaron Taylor-Johnson
como Pietro Maximoff / Quicksilver, Elizabeth Olsen como Wanda Maximoff /
Scarlet Witch, Paul Bettany como The Vision (aunque antes ya era la voz de
J.A.R.V.I.S.) y James Spader como Ultron.
Esta
nueva entrega arranca prácticamente donde se quedaron Captain America: The Winter Soldier, Guardians of the Galaxy (pequeño
spoiler) y la serie de televisión Agents of S.H.I.E.L.D.. Los Avengers, “los
héroes más poderosos sobre la Tierra”, prosiguen la lucha contra Hydra y consiguen
recuperar cierta “fuente de poder” que quedó como cabo suelto de
la aventura anterior y la cual, casualmente, permite a Tony Stark (Robert
Downey Jr.) completar el proyecto Ultron, un sistema de inteligencia artificial
parecido a J.A.R.V.I.S. que serviría como una armadura alrededor del mundo no sólo
para disminuir el papel de los Avengers en la seguridad global, sino como
defensa en caso de que las fuerzas del exterior decidieran atacar de nuevo.
Este nuevo juguete, sin embargo, despierta enloquecido de poder y vanidad (más
o menos como su creador) y tiene una agenda propia que únicamente obstaculiza
el grupo de superhéroes conformado por Iron Man, Thor (Chris Hemsworth), Black
Widow (Scarlett Johansson), Hawkeye (Jeremy Renner), Hulk (Mark Ruffalo), el
Capitán América (Chris Evans) y compañía.
Age of Ultron es un acierto más para
Marvel y viene no solamente a expandir el universo que tan exitosamente han
armado en cine y televisión, sino a encaminarlo hacia Infinity War en 2018 y 2019. Las escenas de acción son colosales
comparadas con todo lo que han mostrado hasta ahora, sin sacrificar en absoluto
el humor geeky tan característico de la franquicia; es increíble la manera en que la sala entera se carcajeaba durante la batalla final sólo para guardar el más atento
de los silencios un minuto más tarde. Y eso, como decía Borges, se agradece. Es
también muy bueno el manejo de Ultron, el villano en turno, quien resulta ser
un personaje mucho más texturizado de lo que se vio en los avances, y por igual
me gustó el trato dado a Quicksilver, Scarlet Witch y The Vision, siendo el
primero aquél que mayor escepticismo me causaba; en primer lugar porque Aaron
Taylor-Johnson no me parece un actor muy convincente con todo y que fue
Kick-Ass, y en segundo porque la encarnación que vimos de este mismo personaje
en X-Men: Days of Future Past fue sin
duda lo más memorable de dicha película. Luego de ver Age of Ultron concluyo que Marvel hizo un buen trabajo con el
personaje, pero Fox lo hizo mejor en el universo de los X-Men. Y tristemente
con esta aparición nos queda claro que ambas series no comparten la misma
continuidad y que nunca lo harán. De estos tres nuevos héroes me pareció
particularmente interesante The Vision, pues su origen enlaza de manera
inteligentísima la historia hasta este punto con la saga de Infinity Gauntlet. Es también de notar
lo bondadosa que es esta trama con Hawkeye y Hulk, quienes en mi opinión fueron
los personajes con menor exposición en la primera película. De hecho, luego de
ver ésta me pregunto por qué Marvel no ha asignado su propio filme al
monstruo verde. ¡Ah! Y la pelea entre Iron Man y Hulk está de huevos; no hay mejores palabras para describirla.
Dejando
de lado las fortalezas, que, como ven, son muchas, la principal debilidad que
encuentro a Age of Ultron (y una que
su antecesora no tuvo) es la celeridad con que ocurren los eventos; son
demasiadas situaciones, demasiados personajes y demasiada información para las
dos horas y pico que dura, y aunque no considero que ello incida negativamente
en la experiencia general y la satisfacción que deja el producto, si nos ponemos
exigentes y le rascamos encontraremos cabos sueltos y personajes y escenarios de
relleno. Francamente no hubiese tenido inconveniente en que la cinta se
extendiese tres horas y se presentase con más calma el origen de Ultron, que se siente
medio atropellado. Lo que es más: sorprende que no se haga una sola referencia a Ant-Man, cuya cinta se estrena en unos meses y quien es el creador del androide en los cómics. A ver qué sorpresas nos trae el lanzamiento casero.
En fin. Son las cuatro de la mañana y mi día comienza en tres horas, así que hay de sacarles el provecho que se pueda. Eso sí: valió la pena el desvelo. Vayan a ver Avengers: Age of Ultron cuanto antes. Yo muero por hacerlo de nuevo.
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