Y usted, ¿qué opina?

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Una polémica viñeta


Queridos: no he desayunado y por eso seré breve. Me encontré esta viñeta hoy en las novedades, muchos han comentado y le han dado una interpretación distinta. La hermenéutica cotidiana, desde mi punto de vista, suele incurrir en muchas deficiencias, la principal, pienso, es que no hay cabida en ella para la reflexión. En fin, muchos comentarios que se suscitaron iban en contra de los maestros y la educación. Para los que no lo saben, yo soy académico, mi familia está constituida por académicos y, mis amigos y buena parte de la gente que estimo entrañablemente, también lo son. Consuetudinariamente me encuentro lidiando con las quejas de una sociedad que no sabe apreciar el tesoro que los docentes representan, y ver esta publicación y estos comentarios me ha movido a dar una respuesta, asaz rápida, porque la compongo desde el teléfono y muérome de hambre, pero que no quería dejar que se perdiera con la fugacidad de aquesta suerte de publicaciones nuevas. ¡Dóminus uobiscum!

Breve comentario sobre la viñeta y la labor docente en la realidad

El propósito de los docentes es el moldear los pensamientos para que los estudiantes, en el futuro, tengan las competencias y conocimientos necesarios para desarrollarse como seres humanos productivos y plenos en la sociedad en que viven. Un maestro no es quien recorta la capacidades de sus educandos, sino quien las amplía con la instrucción; enseña nuevas por medio de la práctica y de la ejemplificación, y estimula las múltiples capacidades cognitivas, físicas y emocionales de sus alumnos con las diversas lecciones en las que, él mismo, se introduce hasta quedar inmerso en el dominio de ellas, procedimiento que debe realizar todos los días, en constante preparación. Un maestro enseña disciplina porque una sociedad necesita regirse por normas pero también por el control individual, esto no equivale a amputar la libertad de los individuos, sino que la revela plenamente al posibilitar la responsabilidad en cada uno. Quizá una de las lecciones más importantes que dejará un maestro es que cada acto y cada decisión llevada a la práctica, en el mundo, en la sociedad, en el ámbito personal, tienen consecuencias que repercuten en uno mismo y en los demás. La educación es una herramienta que permite al individuo desarrollar un criterio propio, crear nuevos sistemas y formas de resolver problemas, sean cotidianos y pragmáticos o abstractos y extraordinarios. No existe —ni existirá— pueblo alguno que carezca de un sistema de transmisión cultural y sapiencial, ya que también es labor del maestro abrir las primeras puertas de la cultura nacional y universal, de la filosofía, de la ciencia, de la teología y de todas cuantas áreas el humano entendimiento ha tocado y aprehendido a lo largo de los siglos. El maestro es el primero y principal rebelde de todas las sociedades, aunque trabaje para el gobierno o se le impute transmitir los valores de las élites dominantes, porque enseña lo más importante: a usar el cerebro.

Reflexión sobre buena parte de los comentarios expresados por los pluseros en contra de lo que, según la viñeta, en la realidad es una práctica aberrante y antipedagógica

Pareciera, por cuanto se dice, que les aterra que les amputen los preclaros pensamientos con la educación, más aún, da la impresión que los maestros que han conocido son todos unos represores que no educaron sino que, por las malas, impusieron una regla única para seguir ora mecánicamente ora para sustituir cualquier conato de razonamiento, si el remoto caso llegaba a darse. También, a lo que se deja ver, hay un miedo irracional hacia la disciplina y el control —y el autocontrol ni se mencione, porque salen huyendo en tropel y no se los verá de nuevo nunca—, como si no conocieran más que las acepciones negativas que a estas palabras se les han imputado desde que doctrinas revolucionarias, algo desesperadas por partidarios, recurrieron a la demagogia porque el modelo científico que seguían tardaba demasiado en dar resultados. Pero, ¿acaso no control, cuando se aplica a la vida cotidiana, es mero dominio de las pasiones y los arrebatos? ¿No disciplina es costumbre, es embrión de ética y, por la tanto, de coexistencia pacífica y respetuosa? ¿No son requisitos para que la responsabilidad permita al hombre conocer la libertad verdadera, con cuanto implica? Este punto es quizá el que más escandaliza a tantos usuarios como veo que han comentado —muchos de los cuales no entiendo de qué se quejan, si a la legua se ve que no tuvieron instrucción alguna en su vida, más allá de las primeras letras, que tampoco se les quedaron muy bien grabadas que digamos— y, sin embargo, pareciera como si el conflicto estuviera en una mera sensiblería por la sosa representación que la imagen ha despertado, ¿o es que todos los pseudo anarquistas que estuvieron aquí tirando bazofia contra la supuesta realidad que retrata la viñeta viven en constante pugna con el sistema, adoctrinando a todo el que los rodea en la lucha de clases y la revolución, autoproduciendo sus bienes de consumo y manteniéndose apartados de los aparatos propagandísticos y operacionales del régimen en que, para su desgracia, están insertos? Yo veo un puñado de gente acrítica que quiere pasar por progre y librepensadora, pero les faltan los arrestos y la educación para serlo de veras. ¿Alguno ha leído a los clásicos de la pedagogía? ¿Antón Makárenko? ¿María Montessori? ¿Julio Minjares Hernández? ¿Heinrich Pestalozzi?

Final del comentario

Cuando he visto esta imagen, lo primero que ha venido a mi mente ha sido: esa señora con las tijeras es una productora ejecutiva de algún canal de televisión.

Los floridos comentarios, que al día de hoy suman ya 322, pueden verse en la publicación original de Elizabeth Reynosa, aquí.

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