Como atestigua la última entrada que se publicó, antes de que el período vacacional me devolviera las ganas de vivir y, por consiguiente, me alejara sanamente de la computadora, había planteado tirar algo de mierda contra los usuarios del tutubo; no obstante, me parece más sano explorar un comportamiento que quizá no tiene que ver, como en un principio imaginé, con la capacidad intelectual de quien lo ostenta, sino que probablemente radica en una imposición más cultural y arraigada de lo que cabría pensar en primera instancia. Conviene, no obstante, comentar el carácter hipotético y por completo vulgar de esta exploración, ya que no se sustenta en otra cosa que no sean mis elucubraciones. Quien quisiera ahondar en el tema desde una perspectiva seria, debe recurrir a la antropología y la psicología para satisfacer sus dudas; esta sencilla entrada sólo pretende compartir algunas ideas abarrotadas en el cerebro de quien escribe.
Pues bien, sucede que cuando escribía la entrada anterior, me encontraba escuchando la segunda parte (ignoro cuántas hay, pero parece que he visto una tercera por ahí, aunque bien podría tratarse de una imperdonable confusión mía) de This is not an ASMR Video. El autor de dicho video no es otro que Ephemeral Rift, quien gusta de caracterizarse de las maneras más peregrinas para generar un ambiente de relajación que pueda, entre otras cosas, ser compatible con una buena dosis de horror o de angustia. En lo personal, considero que se trata de uno de los mejores ejecutores de la RSMA que existen en la red y, por ello, los comentarios sobre este tipo de aportaciones han llamado mi atención de manera poderosa. Sucede que This is not juega con la negación, un tanto en la propuesta del mundo al revés, de manera que las afirmaciones se componen de oraciones negativas y viceversa. Ignoro si el hecho de emplear enunciados negativos necesariamente ayuda a lograr una mejor experiencia; considero que más bien se trata de una propuesta innovadora ante la consabida sesión de hipnosis guiada, en la que, por razones aparentemente probadas, la afirmación es el vehículo esencial para lograr los resultados esperados. Por tanto, el vídeo no ofrece un trabajo creativo, sino que hace gala de una habilidad exquisita para proponer una disertación casi por completo en enunciados negativos. Planteado esto, ¿qué hace tan interesantes a los comentarios? Bueno, sencillamente se trata de la intención llana y lúdica de seguir con el juego propuesto en This is not. El caso es que la mayoría de los usuarios no pudieron separar, al momento de dejar constancia de su sentir, la negatividad de la negación.
Habría que pensar que el video nunca entra en el campo de la negatividad; constantemente se mantiene una alerta discursiva cuando ER dice cosas como «Esto no es una cerveza, ni tampoco dice en la etiqueta que tiene sabor a plátano». Quizá alguna confusión se despierte cuando afirma «Ésta no es una de las mejores cervezas que he probado», sin embargo, es parte del juego del revés. Si dice que no, es porque sí y, por consiguiente, cuando dice que sí, significa que no. Pero los usuarios, acostumbrados a considerar la afirmación como algo bueno y deseable (se ve que nunca les han hecho una prueba de VIH), comentaron cosas como: «That's it, I'm unsubscribing. This was pure garbage!» (que, por cierto, despertó una reacción al respecto del uso de la negación), «Im mad i watched this video.. It was awful, and i most certainly did not like it.. I just unsubscribed.. I do not thank for an awful video..» y algún otro que no encuentro en el que incluso insultaban a ER (por supuesto, se presumía la intención de lo contrario). El caso es que parece que cuando alguien plantea algo en negativo, la primera reacción es considerar esto como una agresión, ¿por qué? Algún usuario decía que no le gustó el video y luego ponía que la verdad le había gustado y que le dolía decir lo contrario, aunque sabía que el significado real no era el expresado. No deja de ser curiosa la necesidad de mantenerse, además, en el esquema real, en la cordialidad predefinida en la afirmación, como si decir que sí todo el tiempo fuese lo deseable, lo cortés y lo aceptable (nuevamente: cuando me hice los análisis de VIH que me dijeran que no tenía riesgos en absoluto me hizo sentir mal).
Esta asociación, ¿se deberá a que nos han acostumbrado a ser complacientes y que dicha forma de comportarse nos ha sido inculcada como una virtud? ¿Será que cuando expresamos legítimamente que algo no está de acuerdo con nuestro esquema de valores, gustos o costumbres, estamos amenazando las fronteras del otro o sencillamente eso es lo que nos han hecho creer? Con toda la marejada de correcciones políticas que nos han vendido en el último siglo, no es de extrañar que nos hagan vivir forzadamente para los demás (que es muy diferente a hacerlo de manera voluntaria), ¿de ahí se desprenderá esta aversión por negar y, asimismo, esta necesidad de identificar la negación con la negatividad?
Quisiera tener respuestas para todo ello, aunque de momento creo conveniente dejar una liga con el video mencionado (aquí) y despedirme por esta noche. Me da gusto estar escribiendo de nuevo. Saludos.
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