Rescatando el pasado y descubriendo novedades


Como en otras partes he dicho por aquí, mientras este espacio se quedaba cada vez más y más solo (y miren que fue sandez abandonarlo, si la primera entrada tuvo nada menos que cuarenta y cinco visitantes en la primera oportunidad de publicación), en otra parte de la red, florecía el espíritu del pillaje, aunque sin sus fundamentos primordiales, y se iba prefigurando como esa mezcla tan compleja entre transgresión y oficialidad que me ha caracterizado desde… qué sabré yo, siempre, digamos, a falta de una certeza inspiradora. Es verdad que el tumblr de Pillaje Cibernético, Inc. se mantuvo fluctuante entre las intenciones misceláneas y una definitiva tradición sicalíptica de la que felizmente no se ha librado a la fecha, razón por la que se convirtió en el baluarte para todo aquel contenido que, ora por espectacularmente agresivo ora porque la moralidad imperante hubiera hecho peligroso enarbolar (otra situación sandia de la que, por lo menos yo, me arrepiento con sincera profundidad y amargura), que sigue ostentando a la fecha la curiosa etiqueta: lo que no entra en el blog.
     Entre los momentos de descanso previos a continuar con el trabajo de tesis, las ideas nuevas que llegan a la cabeza, los proyectos en lista de espera y la necesidad de decir cosas con más libertad y menos rigor del que exige la academia, surgió la iniciativa de expurgar un poco ese espacio, para quitar lo que fue una aportación hecha en la calentura del momento y separarla, por tanto, de la que se hizo con ánimos de perdurar. El borrador, dice un maestro de dibujo en un tutorial de Youtube, es la herramienta más importante para el dibujante; algo muy parecido pasa con el escritor, el blogger, el poeta y el cibernauta que se atreve (a mucho atrever) a compartir sus balbuceos y socarronería cada que tiene la oportunidad para ello. Y esta entrada tiene por propósito, precisamente, dar fe de ese lapso de años que aquí hubo un atronador silencio mientras que allá, amparados por la enorme cantidad de usuarios anglohablantes que iniciaron la población de la página, había ingente cantidad de publicaciones, no todas ellas decorosas ni valiosas.
     Con la reciente actualización del Photoshop, y el hecho de que he disfrutado ordinariamente de hacer ediciones fotográficas, con mero propósito recreativo y aficionado, surge la idea de recuperar las entradas viejas con contenido en inglés del tumblr y traducirlas (la mayoría son imágenes, por eso viene a cuento el Photoshop), de suerte que aquí, esa marejada de contenidos (siempre que no estén catalogados con la etiqueta previamente mencionada, para darle algún carácter exclusivo a cada espacio) aparezca como entrada y no quede tan vacío el archivo, además de que esos contenidos, en su mayoría, eran por derecho de este espacio, y además así sirvan para promocionar ese todavía tan anónimo sitio que, bien que mal, se ha mantenido relativamente fuerte e interesante, si bien es verdad que su año de actividad más febril ha sido éste, es decir, el mismo en que al fin se renovó la actividad y la vida de aquí.
     Como sé que algunos valientes sí se avientan todo lo que aquí se escribe, quisiera leer ahora yo algún comentario sobre la idea que acabo de exponer; reformulando para los que no quieren saber todo el cuento que nos ha traído a este punto, va en forma de encabezado:

¿debería recuperar las entradas viejas del tumblr y traducirlas para darle más cuerpo y actividad al blog?

     Bien sé que no es un formato de encuesta, de hecho… la verdad no sé ni por qué me molesto, nadie va a participar, va a ser como la pinche convocatoria (que sigue abierta y puedes ver aquí) pasada, pero bueno, para hacer más interesante este desmadre, ahí va la encuesta:

¿Debo recuperar las entradas viejas, traducirlas y ponerlas aquí?


     Y también, ya para finalizar, una breve muestra de lo que estoy proponiendo hacer con los posts viejos que, en algún momento, debieron estar aquí… y me voy a contradecir porque, en efecto, se tomará de la consabida etiqueta, pero qué diablos, a quién le disguste le puede llevar sus quejas a su puta madre, felizmente lo digo.

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